Reflexionar a fondo
3 de junio de 2025

Después de un largo y duro día en su trabajo, mi mamá puso frente a mi
papá un plato de salchichas y pan tostado muy quemado.
Recuerdo estar esperando ver si papá lo notaba y aunque él sí lo notó, le sonrió a mi madre y luego me preguntó cómo me había ido en la escuela.
No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo ver que mi papá le untó mantequilla y mermelada al pan tostado y comérselo todo.
Cuando me levanté de la mesa esa noche, recuerdo haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los panes tostados muy quemados.
Nunca voy a olvidar lo que él le dijo: «Cariño, no te preocupes, a veces me gustan los panes tostados bien quemados.»
Más tarde, fui a dar el beso de las buenas noches a mi padre y le pregunté si a él le gustaban los panes tostados bien quemados.
Él me abrazó y me dijo lo siguiente: «Tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo, está muy cansada y además – el pan tostado un poco quemado no le hace daño a nadie».
La conclusión de este relato nos indica que la vida está llena de cosas imperfectas y gente imperfecta.
Aprender a aceptar los defectos y decidir celebrar cada una de las diferencias de los demás, es una de las cosas más importantes para crear una relación sana y duradera.
«Aprender a aceptar los defectos y decidir celebrar cada una de las diferencias de los demás, es una de las cosas más importantes para crear una relación sana y duradera.»
Un pan tostado quemado no debe romper un corazón.
La anécdota a la que nos hemos referido no aplica EXCLUSIVAMENTE para los matrimonios. Es para todos. Los padres hacia los hijos; los hijos hacia los padres; hermano con hermano, amigo con amigo, e inclusive aplica para nuestro prójimo, el vecino, el compañero de trabajo o el de la escuela (todos son “nuestro prójimo”).
La comprensión es la base de cualquier buena relación.
Sé más amable de lo que tú creas necesario, porque todas las personas, en este momento, están librando algún tipo de batalla.
Todos tenemos problemas y todos estamos aprendiendo a vivir y lo más probable es que no nos alcance la vida para aprender lo necesario.
El camino a la felicidad no es recto. Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de precaución llamadas FAMILIA, y todo se logra si tienes una rueda de repuesto llamada DECISIÓN, un potente motor llamado AMOR, un buen seguro llamado FE, y abundante combustible llamado PACIENCIA.
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