Alfred Hitckcock
13 de enero de 2025

Alfred Hitchcock era católico. Nunca lo ocultó.
Y en algunas de sus películas existen huellas precisas de la religiosidad en la que se formó. Pero no es tan sencillo saber qué presencia tenía su fe en su vida interior.
Se han identificado en la obra del realizador británico-norteamericano temas como la culpa, la vergüenza, la penitencia o la venganza en los que creía ver la huella de su condición religiosa.
Aunque elementos de la estética católica, y de la liturgia, aparecen en muchas de las películas del realizador británico, hay algunas obras suyas en las que su religión está más presente.
Uno de los casos más claros es ‘Yo confieso’, su película más explícitamente católica, estrenada en 1952. No sólo su protagonista es un sacerdote, sino que su trama depende de la inviolabilidad del sacramento de la confesión, que impide al protagonista utilizar en su defensa lo que le ha sido dicho. ‘Yo confieso’ es «un raro ejemplo de una película de Hollywood que muestra a su público el sacerdocio desde el interior de la Iglesia».
«‘Yo confieso’ es «un raro ejemplo de una película de Hollywood que muestra a su público el sacerdocio desde el interior de la Iglesia»
Hitchcock, conscientemente o no, utilizaba sus películas como medio para urdir una visión moral del universo en la que los malhechores son descubiertos y castigados, y casi todo el mundo necesita expiación por algo».
A menudo, sus protagonistas se veían sometidos a procesos muy duros que ponían a prueba su temple moral y que, cuando los superaban, les permitían salir fortalecidos y absueltos.
«El alma del hombre prevalece»
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