El Cardenal Burke convoca nueve semanas de oración por el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima en España
07 de octubre de 2025
El purpurado estadounidense invita a los fieles a unirse en una cruzada espiritual que comenzará el 8 de octubre y culminará el 10 de diciembre, fecha en la que se conmemora el centenario de la aparición de la Virgen en Pontevedra.
“La Virgen de Fátima nos ha dejado una promesa de esperanza: la conversión de los corazones traerá la paz al mundo”, expresó el Cardenal Raymond Leo Burke al anunciar una iniciativa mundial de oración y reparación con motivo de los 100 años de las apariciones marianas en España.
«Confiemos en la promesa de Nuestra Señora de Fátima: que el amor a su Inmaculado Corazón nos conceda la paz que el mundo no puede dar.»
Una invitación a la oración y la conversión
En un mensaje difundido a través de su cuenta oficial en X (antiguo Twitter), el Cardenal Burke —prefecto emérito del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica del Vaticano— hizo un llamado ferviente a los fieles católicos de todo el mundo a unirse en nueve semanas de oración y penitencia, desde el 8 de octubre hasta el 10 de diciembre de 2025.
El propósito, explicó, es preparar espiritualmente el centenario de las apariciones de la Virgen de Fátima en Pontevedra (España), donde la Madre de Dios se apareció a Sor Lucía, una de las tres videntes de Fátima, con un mensaje de reparación y esperanza.
Durante estas semanas, Burke anima a los creyentes a pedir “la gracia del arrepentimiento sincero por los pecados cometidos” y a participar con devoción en los actos de reparación propios de la devoción de los Primeros Sábados, una práctica profundamente unida al mensaje de Fátima.
“Confesión sacramental, Comunión, rezo del Santo Rosario y quince minutos de meditación sobre sus misterios”, recordó el cardenal, invitando a los fieles a unir su corazón al Doloroso e Inmaculado Corazón de María.
El objetivo de esta cruzada espiritual, dijo, es “reparar las ofensas cometidas contra la Virgen María” y pedir por la salvación de las almas y la paz en el mundo, tal como prometió la Madre de Dios en Fátima hace más de un siglo.
El mensaje de Fátima y su eco en Pontevedra
La historia de las apariciones de Fátima sigue conmoviendo al mundo católico. Después de los acontecimientos ocurridos en Cova da Iria (Portugal) en 1917, Sor Lucía dos Santos
ingresó en el noviciado de las Hermanas Doroteas en Pontevedra, donde la Virgen volvió a manifestarse en diciembre de 1925.
Aquella visión, aprobada más tarde por la Santa Sede, fue clave en la expansión de la devoción de los Primeros Sábados, en la que María pidió actos de reparación por cinco blasfemias cometidas contra su Inmaculado Corazón:
- Contra su Inmaculada Concepción.
- Contra su virginidad perpetua.
- Contra su divina maternidad.
- Contra quienes siembran en los niños la indiferencia o el odio hacia Ella.
- Contra quienes ultrajan sus imágenes sagradas.
En Pontevedra, la Virgen se apareció acompañada del Niño Jesús, mostrando su Corazón rodeado de espinas y diciendo a Sor Lucía: “Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas con que los hombres ingratos me traspasan continuamente”.
Más tarde, en 1929, en el convento de Tuy, la vidente experimentó una nueva visión: María portando su Inmaculado Corazón entre las manos, un mensaje que completaba el llamado de Fátima y confirmaba la importancia de la consagración al Corazón de María como medio para alcanzar la paz prometida.
“El fruto de la devoción a mi Inmaculado Corazón será la conversión de los pecadores y la paz del mundo”, había dicho la Virgen.
Una cruzada de esperanza en tiempos difíciles
El Cardenal Burke, uno de los principales defensores de la doctrina mariana en la Iglesia, ha insistido en que el mensaje de Fátima sigue siendo profundamente actual. En su invitación, alentó a confiar “en la promesa de Nuestra Señora, que por la gracia de Dios traerá la salvación de muchas almas”.
La convocatoria de oración, que se extenderá durante nueve semanas, no solo busca preparar la celebración del centenario, sino también despertar en la Iglesia un renovado espíritu de conversión y reparación
ante los desafíos de un mundo cada vez más alejado de Dios.
“Que el Señor, por intercesión de su Santísima Madre, nos conceda durante estas semanas un abundante don de amor y de gracia —escribió el cardenal—, que inspire en los corazones la devoción de los Primeros Sábados y repare las heridas causadas al Corazón de Jesús y al de María”.
El gesto del purpurado ha sido acogido con entusiasmo en comunidades religiosas, movimientos marianos y diócesis de todo el mundo, que ya preparan vigilias, rosarios y jornadas de adoración eucarística para unirse espiritualmente a esta iniciativa.
Pontevedra, cuna de una promesa mariana
A cien años de las apariciones, Pontevedra se prepara para convertirse nuevamente en foco de oración y peregrinación. La pequeña habitación donde Sor Lucía recibió la visita de la Virgen y el Niño Jesús sigue siendo un lugar de profundo recogimiento, donde miles de peregrinos acuden cada año para rezar y consagrar sus vidas al Inmaculado Corazón.
Allí, donde la Virgen pidió reparación por las ofensas de la humanidad, se reaviva hoy una invitación a la esperanza. “El mensaje de Fátima —explicó el Cardenal Burke en una entrevista reciente— es un mensaje de misericordia. La Virgen no vino a condenar, sino a recordarnos que el amor de Dios puede transformar incluso los tiempos más oscuros si respondemos con fe y penitencia.”
En medio de un mundo herido por guerras, crisis morales y pérdida del sentido trascendente, la devoción de los Primeros Sábados se presenta como un camino concreto de reconciliación y gracia. “Reparar no es solo rezar —añadió el cardenal—, es permitir que el amor sane lo que el pecado ha roto”.
El próximo 10 de diciembre, día en que se cumplen cien años de la aparición de la Virgen en Pontevedra, miles de fieles se unirán en oración en todo el mundo. En Portugal y España, las diócesis han anunciado celebraciones especiales, vigilias marianas y actos de consagración.
El eco del llamado del Cardenal Burke, nacido en el corazón de la Iglesia, se extiende ya por redes sociales, comunidades religiosas y familias católicas que desean responder con fe a la voz de la Madre de Dios.
Y como recordó el purpurado al concluir su mensaje:
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