El Papa León XIV celebrará el Jubileo de los Pobres: tres días de fe, esperanza y solidaridad en el corazón del Vaticano

14 de noviembre del 2025
Pobres

El Vaticano se prepara para vivir uno de los momentos más significativos del calendario jubilar: el Jubileo de los Pobres, que tendrá lugar del viernes 14 al domingo 16 de noviembre. Durante tres días, Roma será el punto de encuentro de más de 10.000 peregrinos procedentes de todo el mundo —personas en situación de pobreza, voluntarios y organizaciones caritativas— para celebrar junto al Papa León XIV una gran fiesta de fe, oración y fraternidad.

El programa, presentado por el Dicasterio para la Evangelización, incluye vigilias, celebraciones litúrgicas, gestos concretos de ayuda y un almuerzo con el Santo Padre en el Aula Pablo VI.


“Tú eres, Señor, mi esperanza” (Sal 71, 5), es el lema elegido por el Papa para esta IX Jornada Mundial de los Pobres, que volverá a recordar a la Iglesia que “el rostro de Cristo se encuentra en los que más sufren”.

“El Jubileo de los Pobres nos recuerda que el Evangelio se vive de rodillas ante Cristo en la Eucaristía y de pie junto a los hermanos más necesitados.”

Un jubileo que nace del corazón del Evangelio



El Jubileo de los Pobres no es solo un acontecimiento litúrgico, sino una verdadera experiencia de encuentro con el amor de Dios a través del servicio y la misericordia.


La cita comenzará el 
viernes 14 de noviembre a las 17:30 con la “Vigilia de la Misericordia” en la Basílica de San Pablo Extramuros, animada por la comunidad francesa Fratello, reconocida por su labor de acompañamiento a las personas sin hogar y marginadas.


El sábado 15, los peregrinos cruzarán la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en un gesto simbólico de conversión y esperanza. Ese mismo día, por la tarde, se realizará un acto de oración a la Virgen María en la Plaza de San Pedro, también guiado por Fratello, donde miles de fieles se unirán para encomendar al Señor la vida de los más necesitados.


El domingo 16 será el momento culminante: la celebración de la IX Jornada Mundial de los Pobres, instituida por el Papa Francisco en 2017 y continuada ahora por su sucesor.


El 
Papa León XIV presidirá la Santa Misa a las 10:00 en la Basílica de San Pedro, acompañado de personas pobres, voluntarios, obispos y representantes de asociaciones caritativas. De modo excepcional, estarán presentes las reliquias de San Benito José Labre, conocido como “el vagabundo de Dios”, un santo que vivió entre los más pobres de Roma y convirtió su vida errante en testimonio de santidad.


Tras la Misa, el Papa compartirá un almuerzo fraterno con 1.300 personas necesitadas y sus acompañantes en el Aula Pablo VI, donde se distribuirán mochilas con artículos de primera necesidad, donadas por los Padres Vicentinos, en conmemoración de los 400 años de su fundación. El Dicasterio para el Servicio de la Caridad será el encargado de ofrecer la comida, mientras que cientos de voluntarios colaborarán en el servicio.


“El Jubileo de los Pobres no es solo un evento; es una llamada del Evangelio a mirar el mundo con los ojos de la misericordia”, señaló el comunicado del Vaticano.


La caridad que cura: clínicas, lavanderías y esperanza

El Jubileo vendrá acompañado de una red de iniciativas solidarias impulsadas por la Santa Sede para aliviar las necesidades concretas de quienes viven en condiciones precarias.


El 
ambulatorio Madre de Misericordia, situado bajo la Columnata de Bernini en la Plaza de San Pedro, abrirá sus puertas de manera extraordinaria del 10 al 15 de noviembre, de 8:00 a 18:00 horas.


Allí, más de 
120 médicos, enfermeras y técnicos voluntarios ofrecerán gratuitamente consultas médicas generales y especializadas, revisiones odontológicas, vacunaciones, análisis de sangre, prótesis dentales, gafas y audífonos. Además, se proporcionarán medicamentos sin costo para los pacientes.


En sus años de servicio, este ambulatorio ha atendido a más de 10.000 personas de 139 nacionalidades distintas, con más de 100.000 prestaciones médicas y 141.000 paquetes de fármacos entregados.


Ante la creciente demanda, el Vaticano inaugurará durante el Jubileo el 
nuevo ambulatorio San Martino, dotado de equipos de radiología y consultas modernizadas, en colaboración con la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano.


Otra de las obras destacadas es la Lavandería de San Francisco de Asís en Parma, un espacio donde las personas sin hogar pueden lavar su ropa, asearse y encontrar acompañamiento humano. Este proyecto, fruto de la colaboración entre Cáritas y la empresa Procter & Gamble, busca dignificar la vida de quienes viven en la calle y crear un entorno de encuentro fraterno.


“La caridad no puede ser solo un gesto puntual; debe ser un espacio donde el pobre recupere su dignidad y su nombre”, recordaron los organizadores del Jubileo.


De Roma a Ucrania: el Jubileo que atraviesa fronteras


El Jubileo de los Pobres no se limitará a los muros del Vaticano. En un gesto de solidaridad internacional, el Papa León XIV ha impulsado un “viaje de esperanza a Ucrania”, que consistirá en el envío de un camión con destino a Járkov, una de las ciudades más castigadas por la guerra.


Allí se entregarán 
mantas, alimentos, medicinas y ropa de abrigo a las familias desplazadas, en colaboración con organizaciones humanitarias locales.


El Dicasterio para la Evangelización también continuará su labor de asistencia directa a familias necesitadas, especialmente en Italia, mediante el pago de facturas, entrega de vales para alimentos y otras ayudas económicas. Estas acciones, explica el comunicado, son posibles gracias a la colaboración de empresas solidarias como UnipolSai, que mantienen su compromiso anual con las iniciativas de la Santa Sede.


A nivel mundial, el Dicasterio ha preparado un subsidio pastoral en seis idiomas, disponible en su sitio web oficial, para que todas las diócesis puedan celebrar la Jornada Mundial de los Pobres en comunión con el Papa.


Con todo ello, el Vaticano desea que este Jubileo sea una auténtica escuela de caridad, donde cada creyente redescubra que servir a los pobres no es una opción, sino una dimensión esencial de la fe cristiana.


Durante tres días, el corazón del cristianismo se abrirá para acoger a quienes más sufren.


Con gestos sencillos, oraciones compartidas y mesas abiertas al amor fraterno, el 
Jubileo de los Pobres 2025 promete ser una profecía de esperanza en un mundo herido por la indiferencia.


En palabras del Papa León XIV, será “un tiempo para dejar que el Corazón de Cristo vuelva a latir en medio de los que nadie mira, para recordar que en ellos se esconde el rostro de Dios”.

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