“El verdadero enemigo no es quien profesa otra fe”: Obispo Munilla alerta sobre los peligros de la polarización religiosa en el mundo actual
10 de noviembre del 2025
En un momento histórico marcado por la creciente tensión religiosa y el auge de discursos excluyentes, el Obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla, ha lanzado un llamamiento urgente en defensa de la libertad religiosa y la convivencia pacífica entre credos. Durante la presentación del Informe de Libertad Religiosa 2025 de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), el prelado no sólo denunció las graves formas de persecución contra los cristianos en el mundo, sino que también reflexionó sobre los sutiles ataques a la libertad de conciencia en las sociedades occidentales. Su mensaje, profundamente enraizado en la doctrina social de la Iglesia, invita a superar la tentación de identificar como enemigos a quienes profesan una religión distinta.
“El verdadero enemigo no es el que profesa otra religión, sino aquel que no respeta la libertad de creer y de vivir conforme a la verdad”.
El enemigo no es el otro creyente, sino la falta de respeto a la fe
Ante representantes de la prensa y de organizaciones civiles, Mons. Munilla advirtió sobre una peligrosa tendencia al alza: la de percibir como adversarios a quienes profesan una religión diferente. “Uno de los riesgos que está ocurriendo en las polarizaciones es pensar que mis enemigos son los de otra religión. No. Nuestro reto no es el que tenga otra religión distinta, sino aquel que no respete la libertad religiosa”, sentenció el obispo.
En su intervención, el prelado resaltó la importancia del diálogo interreligioso y ecuménico como herramientas esenciales para la construcción de paz y entendimiento entre culturas. Hizo memoria de los avances del Concilio Vaticano II en este ámbito, e insistió en que la identidad católica se fortalece no rechazando al diferente, sino colaborando con él en la defensa de la libertad para creer y vivir la fe en plenitud.
En su comentario sobre la población musulmana, Mons. Munilla fue claro: “Sería un error meter a todo el mundo en el mismo saco del fundamentalismo. Identificar musulmán con yihadista es un error que está ocurriendo”. Su defensa de la libertad de culto no excluye la firme denuncia de las ideologías extremistas, pero subraya que estas no representan la esencia de ninguna religión auténtica, sino una deformación de la misma.
La amenaza silenciosa en Occidente: la imposición del pensamiento único
El obispo también dirigió su mirada hacia la realidad de los países occidentales, donde —denunció— la libertad religiosa se enfrenta a amenazas que no siempre se manifiestan como persecución abierta, pero que atentan igualmente contra la libertad de conciencia. Citó como ejemplo la llamada “cultura de la cancelación” o el pensamiento único, que actúan censurando o marginando a quienes sostienen convicciones diferentes a las que impone el discurso dominante.
“La imposición de un pensamiento único, esta cultura woke, es un riesgo muy grande”, dijo el prelado. Señaló cómo esta presión también altera el ejercicio de la patria potestad, al imponer visiones educativas sin respetar el derecho de los padres a elegir la formación moral de sus hijos. Asimismo, denunció prácticas discriminatorias como la inscripción de profesionales sanitarios objetores en listas públicas, exponiéndoles a presiones sociales o profesionales.
Para Mons. Munilla, esta dinámica constituye una forma de “fundamentalismo ideológico” que, aunque presentada como progreso, resulta profundamente corrosiva para los fundamentos democráticos y los derechos humanos.
La libertad religiosa: fundamento de todos los derechos humanos
Apoyándose en datos del Informe de Libertad Religiosa 2025, el obispo subrayó que en 62 países del mundo el ejercicio de este derecho fundamental está gravemente vulnerado. Entre ellos, 24 sufren persecuciones severas o extremas, y 38 padecen discriminación religiosa sistemática.
Lo más preocupante —destacó— es que 220 millones de cristianos están expuestos directamente a persecución por razón de su fe. “Cuando no se respeta la libertad religiosa, están en peligro otros muchísimos derechos, porque en el fondo es el derecho a la libertad de conciencia”, afirmó. Citando el caso de China, insistió en que la negación del derecho a creer marca el comienzo de una degradación profunda de la dignidad humana.
El mensaje del Obispo Munilla resuena con especial fuerza en el seno de la Iglesia Católica, llamada hoy a ser testimonio valiente de la fe en medio de conflictos globales y presiones culturales. Su intervención recuerda que la defensa de la libertad religiosa no es una causa sectorial, sino un servicio a toda la humanidad, pues sin ella no hay sociedad verdaderamente justa, pacífica ni plural.
Compartir
Suscríbete a EWTN España
Mantente al día con nuestras noticias más importantes y recibe contenido exclusivo directamente en tu correo electrónico.
Otras noticias












