La madre de San Carlo Acutis: “Ser mamá de un santo es un privilegio, pero también una llamada a santificarme”
21 de octubre de 2025
Antonia Salzano, madre del joven santo Carlo Acutis, ha compartido con emoción cómo vive la maternidad de un santo y qué significa acompañar espiritualmente a su hijo, canonizado el pasado 7 de septiembre por el Papa León XIV. En sus palabras, ser madre de Carlo no es solo un honor, sino también una misión: dar testimonio, consolar a quienes sufren y recordar que la muerte no es un adiós, sino un encuentro con Dios.
“La muerte no es un adiós, sino el comienzo de la vida verdadera. Quien confía en Dios no puede temerla”, afirma Antonia Salzano, madre de San Carlo Acutis.
"Cuando confiamos en Dios, la muerte deja de ser un final para convertirse en el inicio de una vida sin fin."
“Un privilegio y una responsabilidad”
Aún conmovida por la canonización de su hijo, Antonia Salzano, madre del joven conocido como el Ciberapóstol de la Eucaristía, confesó en una entrevista con EWTN Noticias que su experiencia va más allá del orgullo materno: es una vocación dentro de la vocación.
“Naturalmente, es un privilegio, pero también un deber —afirma—, porque primeramente yo tengo que santificarme. La llamada es también para mí. Tengo que dar el ejemplo.”
Antonia y su esposo, Andrea Acutis, junto a sus hijos gemelos menores, Michele y Francesca, participaron en la Misa de canonización presidida por el Papa León XIV, llevando las ofrendas al altar en un gesto profundamente simbólico. Allí, entre los aplausos y lágrimas de los presentes, la familia vivió uno de los momentos más esperados por millones de devotos: ver a Carlo inscrito en el canon de los santos.
La emoción de aquella jornada evocó inevitablemente otro momento histórico: el de Assunta Goretti, madre de Santa María Goretti, quien también presenció en 1950 la canonización de su hija mártir. Desde entonces, pocas madres en la historia de la Iglesia han vivido un acontecimiento tan extraordinario.
“Ser la mamá de un santo significa también comprometerse a ayudar a los demás, porque mucha gente vive sin conocer a Dios, en la oscuridad —añade Antonia—. Si puedo dar una palabra de consuelo, una orientación que acerque a las almas a la luz de Dios, lo hago con amor. Esa es mi misión ahora.”
“No se pierde a un hijo para siempre”
Con serenidad y fe profunda, Antonia Salzano quiso dirigir un mensaje especialmente a quienes han vivido el dolor de perder a un hijo. Su testimonio, nacido de la cruz pero iluminado por la esperanza, se ha convertido en fuente de consuelo para muchas familias.
“Lo importante —dice— es comprender que lo que verdaderamente importa es amar a Dios y al prójimo. Si uno pierde a su hijo, no lo ha perdido para siempre. No es un adiós, es un hasta luego. Nos volveremos a encontrar en una vida más bella, con Dios y en su luz.”
Sus palabras recuerdan la certeza con la que Carlo afrontó su enfermedad. Diagnosticado con leucemia fulminante a los 15 años, el joven ofreció sus sufrimientos por la Iglesia y por el Papa, repitiendo con frecuencia que “la muerte es el pasaje a la vida verdadera”.
“Quien teme a la muerte —recordó Antonia— es porque no confía en Dios. La fe nos enseña que el único miedo verdadero debe ser el pecado, porque es lo que puede separarnos del amor de Dios. La muerte, en cambio, es el encuentro con el Amado, con la belleza infinita de Dios.”
Esta visión, profundamente cristiana, ha llevado a Antonia a recorrer el mundo compartiendo la historia y la espiritualidad de su hijo, cuya vida breve pero intensa se ha convertido en ejemplo para una nueva generación de jóvenes católicos.
“Los santos son luz —explica—, luz que Dios enciende para que nosotros aprendamos a hacer lo mismo: a irradiar su amor en el mundo.”
El legado de Carlo: “Un camino sencillo hacia la santidad”
Antonia Salzano también habló sobre la película “Kit de santidad: El camino a Dios de Carlo Acutis”, que ya puede verse en cines de América Latina. La cinta, basada en la vida del joven santo, busca acercar su testimonio a los jóvenes de hoy.
“Esta película es, en cierto modo, el testamento espiritual de mi hijo —comenta—. Es una forma sencilla de mostrar que la santidad no es algo reservado a unos pocos, sino la llamada de todos los bautizados.”
En la cinta se recogen los pilares de la vida espiritual de Carlo: la Eucaristía, la confesión, el rosario diario y la lectura de la Sagrada Escritura. Para Antonia, se trata de los “secretos” que explican por qué su hijo vivía con tanta alegría y coherencia.
“Carlo comenzó a ir a misa todos los días cuando tenía siete años. En esa época escribió: ‘Ser siempre unido a Jesús, ese es mi programa de vida’. Esa frase resume todo lo que fue su existencia”, recuerda su madre.
A pesar de su intensa vida espiritual, Carlo era un joven normal, amante de los deportes, los videojuegos y las redes sociales. Sin embargo, en el centro de su jornada siempre estaba la presencia de Dios. “El encuentro con Jesús era lo más importante para él —explica Antonia—. Vivía su fe con naturalidad, sin fanatismos, mostrando que la santidad es compatible con una vida alegre, moderna y plenamente humana.”
Una madre, una misión
Tras la canonización de su hijo, Antonia siente que su papel no ha terminado. Su misión continúa: acompañar a las madres que sufren, animar a los jóvenes a vivir su fe con entusiasmo y difundir el legado espiritual de Carlo por todo el mundo.
“Para mí, ser su madre es un privilegio, pero también una responsabilidad. Carlo me enseña cada día que la vida tiene sentido solo si se entrega a Dios y a los demás.”
A través de conferencias, encuentros y testimonios, Antonia Salzano invita a mirar la muerte desde la fe, a confiar en la misericordia divina y a vivir con alegría la vocación de cada día.
“La muerte no es el final —repite con convicción—, es el comienzo del encuentro más hermoso con el Amor eterno.”
Una santidad cercana y contemporánea
La figura de San Carlo Acutis, canonizado con apenas 15 años, representa para muchos fieles una esperanza nueva: la certeza de que la santidad es posible en el mundo digital, en medio de la vida cotidiana. Su testimonio muestra que la fe no está reñida con la tecnología ni con la juventud, sino que puede ser vivida plenamente en cualquier época.
Como dijo su madre ante los medios, “Carlo fue un joven normal, pero con una fe extraordinaria. Su vida demuestra que cualquiera puede ser santo si pone a Dios en el centro.”
La historia de Antonia Salzano es también una historia de fe transformada por el amor. La de una madre que aprendió, en medio del dolor, a descubrir la presencia de Dios y a testimoniar que el amor no muere, sino que se transfigura en esperanza.
Compartir
Suscríbete a EWTN España
Mantente al día con nuestras noticias más importantes y recibe contenido exclusivo directamente en tu correo electrónico.
Otras noticias












