Apostasía y paganismo
9 de junio de 2025

Con el término apostasía se describe el acto que hace una persona de abandonar públicamente su religión. El apóstata es el hombre que renuncia a sus creencias, a la que en algún momento se había convertido.
Las causas de la apostasía pueden ser variadas, como lo explica el catecismo: «la incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento».
El apóstata hace siempre una opción radical: reniega de lo que antes se creía.
Una conducta de este tipo se explica, entre otras razones, porque el hombre se puede deslizar con facilidad a la idolatría y en tal caso puede terminar por adorar lo que no debe.
«Uno de los signos de los últimos tiempos es la gran apostasía.»
Es difícil pensar en algo más grave que la apostasía de millones de católicos en todo el mundo, donde los cristianos han pasado de ser la inmensa mayoría a una minoría despreciada por gobernantes, leyes y medios de comunicación.
En unos pocos años hemos conseguido derribar lo que tantos siglos, tantos esfuerzos y tantos mártires costó construir: la civilización cristiana.
Los hijos suelen parecerse a los padres, pero, en este caso, hay un aspecto fundamental en que no existe ese parecido: los hijos de esos apóstatas no son apóstatas como ellos, sino paganos. Los hijos no han abandonado el cristianismo, porque no han llegado a conocerlo. Han sido educados en el agnosticismo práctico que constituye la variante moderna del paganismo.
Para los paganos, la vida simplemente carece de sentido. Todo lo que nos horroriza de la sociedad actual es, simplemente, el mundo que vuelve a caer en la desesperanza y la tristeza del paganismo.
La Iglesia conquistará el mundo pagano para Cristo.
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