“Su única arma fue el amor”: Jaén eleva a los altares a 124 nuevos mártires del siglo XX
15 de diciembre del 2025
La Iglesia en España vuelve a mirar a su historia reciente con gratitud, recogimiento y esperanza. La Diócesis de Jaén celebra este sábado 13 de diciembre la beatificación de 124 mártires del siglo XX —109 sacerdotes, 14 laicos y una religiosa clarisa— que entregaron su vida durante la Guerra Civil española por fidelidad a Cristo y a la Iglesia.
Con este reconocimiento solemne, la Iglesia confirma que su muerte no fue estéril ni absurda, sino una siembra fecunda que sigue dando fruto en el presente. La celebración, que tendrá lugar en la Catedral de la Asunción de Jaén, estará presidida por el Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos. Con estos nuevos beatos, asciende ya a 2.254 el número de mártires del siglo XX reconocidos en España, de los cuales 11 han sido canonizados, consolidando al país como uno de los mayores testigos del martirio contemporáneo.
“Su sangre no fue estéril: los mártires de Jaén siguen anunciando hoy que el amor y la esperanza tienen la última palabra.”
La sangre derramada como semilla de esperanza
En la carta pastoral publicada con motivo de esta beatificación, el Obispo de Jaén, Mons. Sebastián Chico, subraya con fuerza el sentido teológico y espiritual de este acontecimiento. Lejos de quedarse en una lectura histórica o meramente conmemorativa, el prelado insiste en que la sangre derramada por estos hombres y mujeres “se ha convertido en semilla viva que hoy alimenta la fe de parroquias, comunidades, familias y cofradías”.
Para Mons. Chico, el martirio constituye “la victoria del amor y la plenitud de la esperanza”, una afirmación que hunde sus raíces en la Sagrada Escritura y en la enseñanza constante de la Iglesia. La Palabra de Dios —recuerda— muestra que la sangre ofrecida por amor a Dios no engendra muerte, sino vida eterna, fidelidad y futuro.
Cada uno de estos mártires, afirma el Obispo, es una gracia concedida a la Iglesia y un legado espiritual que debe ser conocido, custodiado y transmitido. Su testimonio no pertenece únicamente al pasado: interpela con fuerza a la Iglesia de hoy, llamada a vivir una fe valiente en medio de un mundo herido por el odio y la violencia.
“No fueron héroes, sino testigos”: el rostro auténtico del martirio
Uno de los acentos más claros del mensaje episcopal es la desmitificación del martirio entendido como hazaña humana o gesta ideológica. Mons. Chico insiste en que estos nuevos beatos no murieron por una causa política ni por intereses terrenales, sino exclusivamente por odio a la fe.
Eran hombres y mujeres frágiles, marcados —como todos— por límites y debilidades, pero que en el momento decisivo permanecieron firmes en Cristo.
En ese último instante, explica el prelado, vencieron el mal no con violencia, sino con la fuerza de una fe inquebrantable. “Su única arma fue el amor”, resume con claridad. Este testimonio supremo recuerda que la última palabra nunca la tienen el odio, la injusticia o la muerte. El martirio proclama, con elocuencia silenciosa, que la esperanza cristiana es más fuerte que cualquier forma de persecución.
Jaén, el “Santo Reino”, confirmado por la sangre de sus hijos
La Diócesis de Jaén, conocida tradicionalmente como el “Santo Reino”, ve reafirmada con esta beatificación una identidad espiritual forjada a lo largo de los siglos. Desde los primeros mártires de época romana hasta figuras medievales y contemporáneas, la historia de esta Iglesia particular ha estado marcada por el testimonio radical de la fe. A los nuevos beatos se suman otros hijos ilustres de Jaén martirizados en el siglo XX, como San Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, asesinado en Madrid en 1936, o el grupo de mártires beatificados en Tarragona en 2013. Para Mons. Chico, este reconocimiento confirma que el título de “Santo Reino” no es un vestigio del pasado, sino una verdad espiritual viva.
Entre los 124 nuevos beatos, el Obispo destaca tres figuras especialmente elocuentes:
–
Francisco de Paula Padilla Gutiérrez, sacerdote que se ofreció a morir en lugar de un padre de familia con seis hijos.
–
Pedro Sandoica y Granados, médico laico que confesó públicamente su fe hasta el final, sin temor a las consecuencias.
–
Obdulia Puchol, viuda de profunda caridad, que abrió su casa a los más necesitados y fue fusilada por su fidelidad a Cristo.
Sus vidas reflejan que la santidad es posible en cualquier vocación y circunstancia.
Mártires del siglo XX: maestros para hoy y “influencers” de los jóvenes
Mons. Chico invita a contemplar esta beatificación no como un punto final, sino como un nuevo eslabón en la cadena de santidad que une a Jaén con la Iglesia universal. Los mártires —afirma— no son solo memoria de un pasado heroico, sino maestros del presente. Para los sacerdotes, son modelos de entrega; para los religiosos, espejos de fidelidad; para los laicos, ejemplo de coherencia; para las familias, inspiración; y para los jóvenes, auténticos “influencers” de la fe, capaces de mostrar que vale la pena dar la vida por Cristo.
Su testimonio apremia a vivir una fe sin tibiezas, enseña a perdonar incluso en medio de la injusticia, impulsa a construir reconciliación y paz, y recuerda que la santidad no es un ideal inalcanzable, sino una llamada universal.
Recibe las noticias de EWTN España por Whatsapp. Cada vez es más difícil ver noticias católicas en redes sociales. Suscríbete hoy mismo a nuestro canal gratuito.

Suscríbete a EWTN España
Mantente al día con nuestras noticias más importantes y recibe contenido exclusivo directamente en tu correo electrónico.
Otras noticias












